Piercings orales, ¿una moda peligrosa?

Los piercings corporales son una forma popular de expresión personal. Pueden parecer algo atractivo, pero perforarse la lengua, los labios o las mejillas puede interferir en el habla, la masticación o la deglución. Además, conlleva serios riesgos para la salud oral y para la salud en general.

Los piercings orales no son para nada recomendables porque no son algo natural y conllevan algunos riesgos importantes. Pueden dañar tu salud oral, tus dientes, tus encías, tus mucosas, etc. Además, en ocasiones pueden originar infecciones y hemorragias. Incluso se han descrito algunas lesiones nerviosas a la hora de colocarlos. ¡Piénsatelo!

 

Los dentistas no recomendamos los piercings orales ya que conllevan muchos riesgos. Aún así, si eres portador de un piercing oral y tras leer este artículo decides continuar llevándolo, te dejamos algunas precauciones que puedes tomar para evitar accidentes o problemas:

1.- Vigila signos de infección, y contacta con tu dentista a la menor duda posible.

2.- Al practicar deporte, quítate el piercing y utiliza un protector bucal.

3.- Mantén la zona limpia y desinfectada, utilizando colutorio con flúor después de cada comida.

4.- Cuida los movimientos del piercing al comer y al hablar.

5.- Cepíllate dos veces al día, utiliza la seda dental a diario y visita a tu dentista periódicamente para hacer revisiones del piercing.

¿Puede la diabetes afectar a mi boca?

Se ha comprobado que aquellos diabéticos que presentan enfermedad periodontal, tienen una mayor dificultad para controlar sus niveles de glucemia. Del mismo modo, el ser diabético predispone a sufrir mayor riesgo de enfermedades periodontales.

¿Cuál es el vínculo entre enfermedades de las encías y la diabetes?

CONTROL DIABÉTICO: Las enfermedades de las encías están vinculadas con el control de la glucosa. Aquellas personas con un peor control de su glucemia tienen una mayor propensión a sufrir enfermedades periodontales, estas además son más severas y provocan mayores pérdidas de piezas dentales.

CAMBIOS EN VASOS SANGUÍNEOS: los vasos sanguíneos transportan oxígeno y nutrientes a los tejidos, incluyendo la boca, y retiran los productos de desecho. La diabetes provoca que la sangre circule más lentamente por los vasos sanguíneos. disminuyendo el transporte de oxígeno y la retirada de productos de desecho, incrementando con ello el riesgo de infección gingival.

BACTERIAS: muchos tipos de bacterias prosperan con los azúcares, incluida la glucosa. Cuando la diabetes está mal controlada, los altos niveles de glucosa en saliva favorecen el crecimiento bacteriano y establecen el escenario de las enfermedades periodontales.

TABACO: los diabéticos fumadores, de 45 años o más, desarrollan hasta 20 veces más riesgo de padecer enfermedad periodontal severa.

 

La enfermedad de las encías y la diabetes se puede llegar a transformar en un círculo vicioso.

¿Qué hacer entonces en caso de padecer diabetes para reducir el riesgo de enfermedades periodontales?

El 90% de los pacientes diabéticos son propensos a padecer enfermedades periodontales. El cuidado de su boca es fundamental para evitar complicaciones.

1.- Controla tu azúcar en sangre: los niveles de glucosa incontrolada afectan a los vasos sanguíneos, al corazón, a los riñones, a las extremidades y a las encías. La alteración de esos vasos sanguíneos hace que el aporte de oxígeno y de nutrientes esté reducido a nivel gingival.

2.- No fumes: los diabéticos fumadores tienen 20 veces más probabilidad de desarrollar enfermedad periodontal que los no fumadores.

3.- Mantén una higiene bucal diaria: hay tantas bacterias en la boca como el total de la población mundial.

En caso de padecer cualquier síntoma de sufrir enfermedad periodontal, acude de urgencia a tu dentista para poder tratarla y evitar posibles complicaciones.

 

¿Qué hacer ante un traumatismo dental?

Todos los traumatismos orales deben ser considerados como una urgencia y debes acudir de inmediato a tu dentista.

Los traumatismos dentales son más frecuentes de lo que se piensa. La mayoría de ellos se producen como consecuencia de actividades deportivas. Otras de las principales causas son los accidentes domésticos y de tráfico. Estos traumatismos pueden traer consigo varias consecuencias: heridas o contusiones en mucosas, luxaciones de los dientes, fracturas e incluso avulsiones (salida completa del diente de su emplazamiento habitual).

Existen diferentes tipos de traumatismos:

1.-Heridas o contusiones en partes blandas de la boca.

Pueden afectar al labio, mucosas o la lengua. Siempre hay que lavarlas y desinfectarlas y, posteriormente, comprobar el estado del diente y del hueso.

2.- Luxaciones

El golpe provoca el desplazamiento de la pieza dental de su alveolo, aunque sin expulsarlo. Se aprecia que el diente se ha movido de su sitio habitual y suele presentar cierta movilidad.

3.- Fracturas

El traumatismo provoca la rotura de una parte del diente, de mayor o menor tamaño. Esta fractura en ocasiones puede producir afectaciones en la pulpa (nervio).

4.- Avulsiones

El golpe ha sido tan fuerte que ha provocado la expulsión completa del diente de su alveolo.

En todos estos casos, es necesario consultar al dentista de inmediato y pedir certificado a efectos de seguro de accidentes. Es recomendable conservar la pieza dental en leche, suero fisiológico o en la boca bajo la lengua, y acudir al dentista con urgencia. Sin embargo, existen algunas recomendaciones a seguir según el tipo de traumatismo:

1.- Heridas

Limpiar y desinfectar la herida, valorar la vacuna antitetánica si el golpe ha sido con un objeto metálico oxidado y comprobar las piezas dentales.

2.- Fracturas

Recuperar y conservar el fragmento de diente y presentárselo al dentista.

3.- Luxaciones

No usar colutorio y no tocar el diente para no provocar su caída o posibles daños en las encías.

4.- Avulsiones

Recuperar el diente sujetándolo por la corona, nunca por la raíz. No limpiarlo ni enjuagarlo hasta acudir al dentista.

El turrón: ¿Un peligro para tus dientes?

Diciembre es considerado uno de los meses más duros en cuanto a salud bucodental. Esto es debido a que se acerca la Navidad y, con ello, los alimentos típicos que esto conlleva. Sin embargo, uno de ellos es especialmente peligroso: el turrón, ya sea duro o blando. Te contamos por qué.

Uno de los ingredientes principales del turrón es el azúcar, principal causante de la aparición de caries en nuestra boca. En el caso del turrón blando, esta cantidad de azúcar suele ser mayor y además es más propenso a quedarse pegado a los dientes y encías, favoreciendo con ello la aparición de caries. El turrón duro, aunque en principio presenta una cantidad menor de azúcar, resulta peligroso por su dureza ya que podría provocar fracturas en las piezas dentales o en empastes u ortodoncias.

¿Cómo disfrutar entonces de este postre sin tener riesgos?

Aunque el riesgo nunca puede ser 0, os ofrecemos algunos consejos que pueden ayudar a garantizar el buen estado de nuestra boca durante esta época del año:

  • Elige turrón de, al menos, un 70% de chocolate negro, ya que presenta menos azúcar y propiedades antioxidantes.
  • Reduce el consumo de bebidas alcohólicas y carbonatadas. Aunque parezca lo contrario, el vino tinto es menos agresivo con el esmalte dental que el blanco o champán.
  • No descuides tu higiene dental, aún comiendo fuera de casa.

Desde Clínica Castro os deseamos a todos unas Felices Fiestas y os recordamos que estamos a vuestra disposición para lo que necesitéis.

 

5 hábitos frecuentes que pueden estropear tus dientes

Algunos de los hábitos más frecuentes pueden llegar a dañar nuestros dientes, como cepillarnos justo después de tomar una bebida con gas o mordernos las uñas. Estos hábitos que pueden resultar peligrosos para nuestra salud bucodental son los siguientes:

1.- MORDERSE LAS UÑAS

Este hábito, además de no ser higiénico y provocar heridas en los dedos, puede resultar perjudicial para la salud bucal. Esta práctica puede llegar a producir fisuras en los dientes, especialmente los incisivos, además de provocar infecciones locales en la boca y aparto digestivo.

 

2.- BEBIDAS CARBONATADAS

El consumo excesivo de este tipo de bebidas puede originar varios problemas de salud, como la erosión del esmalte dental, volviéndolo más frágil y propenso a que aparezcan caries. Esto es debido a que este tipo de bebidas, además de contener mucho azúcar, son también muy ácidas. Algo parecido ocurre con las piscinas de cloro. Cuando esta sustancia se encuentra en grandes cantidades en el agua, puede resultar perjudicial para el esmalte de aquellas personas que en ella se sumerjan.

3.- MAL USO DE LOS DIENTES

Los dientes no son herramientas. Destapar botellas de refresco con los dientes, abrir frascos o envases de cartón o papel, son hábitos que fracturan y desgastan los dientes. Del mismo modo, y aunque no parezca dañino, tampoco es recomendable cortar hilos con los dientes, ya que facilita la aparición de fisuras.

 

4.- MASTICAR CUBITOS DE HIELO

Existe mucha gente que tiene por costumbre masticar los cubitos de hielo que quedan en los vasos tras terminarse una bebida, aunque sea algo que los dentistas desaconsejan. Cuando se realiza esta práctica regularmente, puede provocar fracturas y fisuras en los dientes, especialmente aquellas personas que tengan empastes o coronas.

5.- CEPILLADO INCORRECTO

Aunque desde pequeños nos enseñan que hay que lavarse los dientes después de cada comida, lo cual es correcto, hay algunas veces que no es recomendable llevarlo a cabo inmediatamente después de comer. Esto es debido a que algunos alimentos como las patatas fritas industriales, los cítricos y las bebidas gaseosas y alcohólicas, tienen un alto contenido en ácidos. En todos estos casos se aconseja esperar entre 2o y 30 minutos antes del cepillado. Esto es debido a que el esmalte, con el ácido de estos alimentos, pierde el calcio y el cepillado empeora la situación, siendo recomendable esperar a que los minerales vuelvan a depositarse en el diente. Otros problemas derivados de un mal cepillado son las abrasiones de los dientes por exceso de fuerza o por utilizar un cepillo excesivamente duro.

Cepillo de dientes: ¿Manual o Eléctrico?

Los cepillos eléctricos, normalmente, presentan ventajas sobre los cepillos dentales clásicos. Sin embargo, existen ocasiones en las que un cepillo manual de toda la vida es más conveniente. Cabe destacar que un cepillado eficaz no depende de si es un cepillo eléctrico o manual, ya que puede hacerse con ambos siempre que se sigan unas recomendaciones básicas.

CEPILLADO ELÉCTRICO

Elegir un cepillo eléctrico trae consigo multitud de ventajas:

Reduce en mayor medida la placa bacteriana, responsable de la aparición de caries y gingivitis.
Son más respetuosos con el esmalte dental, ya que suelen tener mecanismos de control de presión, evitando abrasiones.

Se ha comprobado que las personas que utilizan cepillos eléctricos suelen destinar más tiempo al cepillado que aquellos que emplean cepillos manuales. Puede ser porque un cepillado eléctrico es menos cansado pues suele resultar más fácil de realizar.
Muchos cepillos eléctricos avisan transcurridos los 2 minutos necesarios para llevar a cabo un buen cepillado, siendo por ello más fácil realizarlo de forma eficaz.

¿Cómo elegir un buen cepillo eléctrico? La evidencia científica resalta que aquellos cepillos eléctricos con tecnología oscilante-rotatoria consiguen mejores resultados, eliminando un 20% mas de placa que otros sistemas. La tecnología avanzada permite registrar el tiempo de cepillado en cada zona de la boca, corregir defectos de cepillado, conectar el cepillo a dispositivos bluetooth, etc., por lo que estamos al principio de una auténtica revolución en el campo de la salud bucodental.

CEPILLADO MANUAL

Existen multitud de cepillos diferentes en el mercado, aptos para todos los gustos. A la hora de elegir el más apropiado para nosotros, es recomendable consultar al dentista para que nos recomiende. Sin embargo, existen tres parámetros base en los que debemos fijarnos:

Dureza de las cerdas. No es recomendable usar aquellos con una dureza muy alta.
Tamaño de la cabeza. Debe ser el apropiado para alcanzar todos los rincones de la boca.
Diseño. La curvatura del diseño del cepillo tiene que resultarnos cómoda y eficaz para llegar a todas las piezas.

¿En qué casos es más recomendable entonces elegir un cepillo manual frente a uno eléctrico? Siempre lo más indicado es preguntar a nuestro dentista, aunque existen situaciones en las que un cepillo manual es mejor. Tras una cirugía con sutura o una zona dolorida, un cepillo manual de cerdas ultrasuaves permite un cepillado más delicado, controlando mejor la velocidad e intensidad. En casos de ortodoncia también suele ser apropiado un cepillo manual puesto que uno eléctrico podría desprender algún alambre o bracket. En el caso de los niños, aunque no existe inconveniente en utilizar uno eléctrico, la fidelización del cepillado suele hacerse con uno manual puesto que existe más oferta para su tamaño de boca y manos.

 

 

 

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