En primer lugar, nos permite trabajar con una mayor seguridad y con una visión más completa. Está comprobado que utilizando estos sistemas de diagnóstico por imagen, el riesgo al que nos enfrentamos en cualquier cirugía baja exponencialmente, puesto que partimos de una información exhaustiva previa a la intervención. Debido a sus imágenes 3D y mostrado a través de programas de simulación y planificación guiada, hace que el paciente comprenda mejor el tratamiento y participe en la toma de decisiones.
Las imágenes se obtienen a escala real DICOM 1:1 por lo que al no ser necesario calibrarlas, las mediciones son mucho más precisas. Uno de los mayores riesgos en cirugía e implantología es la posibilidad de invadir o lesionar estructuras nobles con las consecuencias negativas que pueden acarrear, tales como sinusitis, falta de integración de los implantes o incluso la pérdida de sensibilidad del labio inferior. La radiología tradicional tiene un factor de magnificación que impide medir con exactitud la distancia hasta esas estructuras que es necesario respetar. Gracias a la tecnología radiológica 3D, se puede medir a escala real DICOM, sin necesidad de utilizar plantillas de magnificación que puedan inducir a cometer errores.
En definitiva, trabajar con estos estudios generados mediante escáner dental 3D significa ofrecer una mejor calidad y un mejor servicio para el paciente.