Es la especialidad de la odontología que se encarga del tratamiento de la cámara pulpar y de los conductos radiculares.
Consiste en la eliminación del tejido pulpar (nervio) inflamado o infectado del interior de la cámara pulpar y de los conductos radiculares, rellenando éstos de forma hermética con un materia se sellado sólido que evite futuras complicaciones y permita conservar el diente manteniendo su función. Si no se realiza el tratamiento de endodoncia a tiempo puede producir un dolor muy intenso e incluso infección severa de los tejido blandos produciendo abscesos (flemón) y fistulas.
En los últimos años las técnicas de endodoncia han gozado de grandes avances gracias a la incorporación de instrumentación mecánica, frente a la manual clásica, que permite una eliminación más eficiente del tejido inflamado. Los sistemas de gutapercha caliente permiten realizar un mejor sellado de los conductos lo que incide en una mayor tasa de éxito de estos procedimientos al disminuir el riesgo de reinfección por parte de bacterias.
No molesta y tiene un un buen postoperatorio, aunque hay ocasiones en la que en los dos o tres días siguientes a la realización de la misma, pueden existir molestias en mayor o0 menor grado.
En nuestra clínica aplicamos técnicas de microcirugía con localizadores de ápices de gran fiabilidad, que nos permiten determinar la longitud exacta del conducto de una raíz al hacer un tratamiento de endodoncia y tratar todo el conducto radicular en su totalidad.
La endodoncia se realiza en diferentes ocasiones siempre que:
hay que tener en cuenta que la endodoncia es el único tratamiento que evita la extracción del diente.
Después del tratamiento de endodoncia puede haber molestias durante unos días. Son molestias que suelen aparecer cuando masticamos o presionamos el diente. El doctor le recetará la medicación más apropiada siempre individualizando y ajustando la medicación cada tratamiento y a cada paciente.
Colocar una corona implica realizar un tallado importante sobre el diente endodonciado, es decir, sacrificar gran parte del tejido dentario sano. Y esto añade una debilitación adicional a la inherente a esta pieza, al carecer ahora ésta de irrigación sanguínea. Por otro lado, si el diente está, por ejemplo, parcialmente destruido por una caries, puede ser recomendable hacer una corona. Nosotros realizamos una evaluación rigurosa de cada caso teniendo en cuenta varios parámetros, para proporcionarle una solución óptima.
Prácticamente siempre, la única alternativa es la extracción del diente. En esta circunstancia desaparecen la infección y el dolor. Sin embargo, para restablecer la función masticatoria perdida y prevenir los movimientos de los dientes adyacentes, es preciso reemplazar la pieza extraída. las opciones aquí son un implante, un puente o una prótesis parcial removible. De estas tres, la única que no requiere manipulación y tensiones adicionales sobre la dentadura adyacente sana es la implantología.
En los casos no complicados el éxito del tratamiento de endodoncia se sitúa por encima de un 90%. Sin embargo, existen casos que ofrecen mayor dificultad y por ello el éxito es menor. Un ejemplo son los dientes que ya tienen un tratamiento de conductos (reendodoncia), en conductos muy curvos, conductos calcificados, existencia de conductos laterales, etc. Un factor que influye en el éxito del tratamiento de endodoncia, es la reconstrucción del diente de forma definitiva lo antes posible, para evitar posible fracturas y filtraciones.
En las ocasiones en las que el tratamiento del conducto radicular no ha sido exitoso, para salvar el diente es necesario eliminar el relleno del conducto realizado en la endodoncia anterior y volver a limpiarlo, rellenarlo y sellarlo de nuevo. El porcentaje de éxito en estos casos es menor, pero intentamos por todos los medios conservar el diente antes de quitarlo.
C/ San Pedro de Alcántara, 7
10001 Cáceres
mañanas de 09:00 a 13:30
tardes de 16:00 a 20:00
mañanas de 09:00 a 13:00